Impresiones de la llegada de Marta

Lunes 16 de agosto 16:10, esa era la hora prevista para mi llegada a Paraguay. Pero este ya de por sí largo viaje, resultó más de lo previsto... Tras interminables horas de aeropuertos por retrasos y averías, el miércoles 18 de agosto, 48 horas después, por fin llegué a mi destino.

Ya he pasado una semana en tierra firme, y ¡cuánto se puede ver en tan solo una semana!

Ahora me parece increíble estar aquí plantada, en una realidad tan distinta a mi anterior rutina y observar todo cuanto me rodea en este momento...

Estas gentes de amabilidad infinita luchando diariamente por sobrevivir, estas calles de tierra y piedra asoladas por la corrupción, estos niños de pies descalzos, brazos caídos y ojos cansados; este país acostumbrado ya a su cotidiana humillación...

...y, entre la multitud aplastada, resplandeciendo esos que sin darse cuenta iluminan con su incansable sonrisa todo cuanto les rodea... Un joven que trabaja todo el día y de noche estudia apenas durmiendo unas pocas horas... un juez preocupado e implicado en la reinserción social y no en el mero cumplimiento de unas leyes diseñadas para impartir justicia en una sociedad muy distinta a la que aquí existe... una directora de cárcel que lucha por mejorar las condiciones de vida de las eternas olvidadas... una profesora que asiste por la mañana a un colegio, por la tarde a un hogar infantil y a la que aun le queda tiempo para ser voluntaria en un orfanato... un sacerdote consagrado a los demás...

...la risa de aquellos que en este país de infancia efímera tienen la suerte de seguir siendo inocentes...