Fe y Alegría

Ya ha terminado nuestra primera semana de colaboración con esta ONG que llevan las hermanas Vicentinas de Sagreb.

La dificultad de los pobres para acceder a una educación integral y de calidad fue la principal motivación para fundar Fe y Alegría en 1955 en Venezuela. En Paraguay inició su labor en 1992 y fue reconocida un año después por el MEC como institución dedicada a la educación. Por lo tanto, no llega a los 2o años la labor de ésta en Ciudad del Este... sin embargo, ha avanzado a pasos agigantados pues, hoy en día, el centro de Fe y Alegría está reconocido como uno de los mejores colegios a nivel estatal en esta ciudad.

Nuestra función principal ha sido la de dar apoyo educativo, en lectura y matemáticas, a niños de entre 6 y 12 años. El estado a duras penas ayuda con los salarios de los profesores en los centros públicos, y los alumnos pagan una media de 3 euros por lo que la mayoría de los centros estatales aquí no tienen recursos suficientes y, por tanto, no poseen equipo psicopedagógico, es decir: no tienen orientador/psicólogo, ni profesor de educación especial, ni de apoyo... con las repercusiones que esto acarrea sobre los alumnos con alguna dificultad en el aprendizaje. Tanto es así que nos hemos encontrado niños en 6º, que aún no saben las letras del abecedario.

Nos ha llamado especialmente la atención la poca disciplina de los alumnos quienes parecen tener el control en muchas ocasiones del curso de la clase: hacen poco caso, hablan mucho, sacan su material cuando quieren, entran y salen del aula con poco control,...Hemos tenido incluso la oportunidad de, debido a la ausencia de una profesora, llevar una clase nosotras, encontrándonos una vez más con todas estas dificultades. Además, a los alumnos en el recreo no se les vigila y juegan en zonas bastante peligrosas y con muchos desniveles y los remos que tienen están rotos aunque, curiosamente, nunca les ha ocurrido nada. No obstante es importante resaltar que, por lo que hemos podido compartir con otras personas, todo esto no ocurre únicamente en Fé y Alegría, sino en practicamente todos los centros estatales en esta región,...

Destacar que, pese a las dificultades nombradas con anterioridad y gracias a los esfuerzos de las "hermanas" por sacar este centro adelante, hoy en día cuenta con buenas instalaciones, una sala de informática, internet, una biblioteca e, incluso, un salón de peluquería con una profesora especializada para que los alumnos que lo deseen y haciendo unas prácticas puedan salir con un título acreditado. Además en el tiempo de recreo se les ofrece un plato de comida o un vaso de leche.

El centro, a simple vista parece un colegio como otro de cualquier parte del mundo: con sus aulas decoradas, sus materiales, sus profesores, sus alumnos que van uniformados y muy bien aseados,... Sorprende enormemente cuando nos cuentan las realidades que hay detrás de cada uno, que algunos salen del colegio directos a trabajar en el mercado del centro o ayudando a sus padres en sus negocios, o los que viven en "chabolas" alrededor del colegio (se puede observar al fondo de algunas fotos), de escasos metros cuadrados y cuyo suelo es como el del campo de futbol del colegio, de tierra/barro.

Aún con todas estas condiciones, "los alumnos siguen siendo alumnos": juegan, pelean, comparten, rien,... e incluso, mantienen sus clases impecables, ellos las pintan cuando se estropean y ellos las limpian cada vez que salen del centro. Lo que siempre se les inculca es que: " no por ser pobre, tienen que ser sucios o hacerse diferentes del resto; ellos pueden cambiar su destino".

Como ven ya nos estamos integrando en la realidad educativa de Paraguay,... Esta semana estaremos en otro centro al que acuden alumnos con aún menos recursos que los anteriores, que no pueden permitirse pagar absolutamente nada, que no posee ninguna ayuda por parte del estado y en el que los sueldos de los profesores son pagados por el Jesuíta que lo coordina, de su jubilación.

Tendrán más noticias...

Estefania y Elena