miércoles, 13 de octubre de 2010

Llegada Fernando - Hogar de Ancianos "San Agustín"

No solemos pensar en como será nuestra vida cuando seamos viejos, tal vez por inconsciencia, tal vez por miedo.

En el distrito de Alto Paraná existe un único centro específico para personas de la Tercera Edad. El Hogar “San Agustín” fue fundado en 1990 partiendo de una iniciativa del obispo de aquel entonces. Desde el inicio la Congregación Hermanas Benedictinas de la Divina Providencia se encarga de la organización y administración del Hogar.

Hoy cuatro Hermanas Benedictinas se reparten las tareas de dirección, responsable de cuidados de Salud, encargada de la Alimentación y encargada de Servicios Generales. Cuentan con la ayuda de una cocinera, una persona encargada del servicios de lavandería y cinco encargados de la higiene de los ancianos y labores de limpieza del hogar. Además una doctora acude al hogar una vez por semana.

Para ser fieles a la realidad en el hogar trabajan muchos más, Juan Pablo no deja ni un solo día de recoger las sillas que quedan sueltas en el pasillo principal, si el fuera el director las empleadas cobrarían más, “trabajan muchísimo”. Mercedes se siente un poco la madre de todos (al menos de muchos) y cuida de ellos tanto como le permiten sus más de 70 años. Luis se encarga de acompañar al comedor a todos los que tienen silla de ruedas (un poco por ayudar y un poco porque es una forma de caminar rápido sin tener que usar el bastón) Nicolás siempre tiene un caramelo (y algún cigarrillo) en el bolsillo para los que se quedan con ganas en la merienda....así hasta 37 personas de entre 30 y 107 años viven y “trabajan” en San Agustín. Las Hermanas los cuidan con mil amores, nunca los verás sucios, no pasa un día sin que reciban su baño (aunque pataleen porque no quieren) y sus cinco comidas, sus heridas son cuidadas a la perfección y toman “religiosamente” sus tratamientos. En el sentido de los “cuidados básicos” dudo que hayamos conocido un recurso mejor en Ciudad del Este (no creo que tengan mucho que envidiar a algunos en España)

Obviamente tienen carencias; carencias materiales como algunos antibióticos, PAÑALES (les preocupa mucho pues son caros y consumen casi 90 al día), materiales para curas,... Pero sobre todo los abuelos del hogar precisan de algo tan simple como alguien que ESTÉ con ellos, que les escuche, que les haga sentirse importantes a cada uno, que les pregunte por sus vidas, alguien con quien conversar, bromear, jugar, bailar...que les haga sentirse vivos.

Por desgracia las tareas cotidianas no dejan tiempo al personal para desempeñar esta función, por lo que es frecuente verlos durante horas en los pasillos, solos, mirando a ninguna parte, hasta que pasa una Hermana o una empleada y les hace una carantoña. Es curioso, ni siquiera hablan mucho entre ellos, es como si la soledad, tras sabe Dios cuanto abandono hasta llegar al hogar, fuera ya parte de ellos mismos.

De cualquier manera son unos privilegiados, si en el centro hay 37 personas, en lista de espera hay bastantes más del doble, personas en situación de abandono (literal en ocasiones en centros de salud o en la calle) o de las que informa un vecino preocupado que ya no puede hacerse cargo porque el anciano precisa de cuidados especiales.

El cuidado de los ancianos es una labor que consume muchos recursos económicos y humanos, y que en esta región paraguaya todavía está muy por debajo de los mínimos aceptables. En este sentido y contando con el Hogar, el P. Antonio Betancor tiene en marcha un “Curso de Capacitación en elcuidado de personas mayores”, con la idea de que grupos de personas de la ciudad vayan adquiriendo conocimientos que les permitan cuidar mejor a los abuelos paraguayos o incluso les facilite el acceso al trabajo en caso de emigrar a España. Este curso tiene una parte teórica en la que se explican conceptos importantes en el cuidado de ancianos sanos y enfermos, y una parte práctica que se realizará en San Agustín, de manera que todos salen beneficiados.

Casi todos los recursos que hemos visitado en Paraguay están relacionados con niños y jóvenes, el Hogar “de ancianos” San Agustín es un lugar, paradójicamente, tan lleno de vida como cualquiera de ellos, un lugar acogedor y agradable, que inspira cariño y ternura a todo el que traspasa sus puertas.

No solemos pensar en como será nuestra vida cuando seamos viejos, ojalá nadie tuviera que tener miedo.

Un abrazo desde Paraguay,

Fernando

1 comentario:

  1. Los ancianos merecen nuestra atención. Saludos a todos los paraguayos y amigos de Paraguay. Hermoso país con gente muy hospitalaria.

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