Las personas con discapacidad...

Ciudad del Este, como contábamos al principio del blog, posee una infraestructura escasa estando la mayor parte de sus calles sin asfaltar, con las repercusiones que esto acarrea en la movilidad de personas con algún tipo de dificultad física, principalmente ancianos y personas con discapacidad. Los espacios públicos y transportes tampoco tienen ningún tipo de adaptación para ellos. Los centros que atienden a personas con estas características son privados y la pobre economía de un porcentaje alto de familias en Paraguay, no les permite dar este tipo de asistencia a sus hijos. Hay, además, una falta de conocimiento generalizado sobre la educación que precisan estas personas (en las Universidades de Paraguay no se aborda este tipo de contenidos), y su necesaria inclusión social. Tanto es así, que es raro ver ancianos o personas con discapacidad por las calles, generalmente, los tienen “escondidos” en sus hogares.

La Fundación para la Salud Física y Mental Moisés, se creó a raíz de que, su actual presidenta, Mª Auxiliadora, tiene un hijo autista atípico que hoy en día tiene 17 años. En su infancia y desarrollo no encontró en Paraguay un diagnóstico claro sobre la discapacidad de su hijo, ni ayudas ni recursos económicos para la problemática del menor, por lo que tuvo que emigrar a Brasil durante unos años para poder dar respuesta a las necesidades médicas, educativas y sociales de su hijo, Moisés. En ese tiempo Mª Auxiliadora, también aprovechó para formarse como profesora en Educación Especial (hoy, Atención a la Diversidad). En Paraguay, como ya hemos comentado, no existe dicha especialización.

Años después, vuelven a instalarse en el departamento de Alto Paraná (al que pertenece Ciudad del Este) y es cuando deciden fundar una organización que atienda y dé respuestas a cualquier persona que presente algún tipo de discapacidad, ya que sigue sin haber este tipo de proyectos sociales para familias de escasos recursos económicos.

Se trata de un proyecto que está comenzando, recientemente han conseguido ser reconocidos como fundación y, el siguiente paso es encontrar todo el apoyo posible para llevar adelante esta gran labor. Simplemente recorriendo los alrededores de su vecindario y preguntando si conocían de hogares en donde residiera alguna persona con discapacidad, ya tienen 30 familias para el comienzo; muchos de estas personas, ni siquiera tienen un diagnóstico... Nosotras, la pasada semana, acompañamos a las fundadoras a conocer algunas de estas familias.

El camino para la inclusión social, es aún largo en este país...

Un abrazo desde Paraguay,

Estefanía y Elena