Hogar infantil "Mità Pyahu Roga"

Los hogares de acogida que conocíamos hasta ahora en España, que albergan niños con diversas problemáticas familiares, se estructuran más o menos de la siguiente manera: viven en un lugar cómodo, hay educadores preparados que están con los niños las 24horas, tienen un equipo de dirección que se encarga de la parte legal y administrativa, cuentan con asistencia psicológica y social, así como con personal diverso para cocinar, limpiar y mantener el centro. Además, poseen un informe social detallado de la situación de cada menor. Los niños suelen distribuir su tiempo entre el colegio y diversas actividades (lúdicas, deportivas,...); hay juguetes por todas partes y se intenta que a pesar de la dificil situación que están viviendo, estos chicos se sientan parte de una familia.

Aquí, en Paraguay, hemos conocido el hogar Mità Pyahu Roga (La Casa del Niño Nuevo). El principal objetivo sigue siendo el de acoger a niños con diversas problemáticas familiares, sin embargo, los recursos que posee difieren mucho de los anteriormente nombrados. Sólo hizo falta la ilusión y la entrega de un señor que decidió darles un hogar a niños que no lo tenían, sin más recursos que el de su propio trabajo, la generosidad de la gente y la dedicación de su familia y, con estas aaportaciones, que se resumen en tan sólo tres líneas, se organiza un centro donde viven hoy en día 38 niños. No hay educadores formados, no hay asistencia psicológica y social, no hay personal de limpieza,... ;no hay actividades lúdicas y deportivas más que un balón de futbol o una televisión.;tampoco hay muchos juguetes. Ni siquiera los menores cuentan con un informe social, ni ningún otro tipo de documentación; parece que estos chicos no tuvieran pasado. Pero sí están los mismos níños, con las mismas necesidades que en España.

El señor del que hablábamos, se llamaba Jorge Roberto Ambrosini. Crear un hogar para los niños desamparados había sido uno de sus grandes anhelos y, tras mucho esfuerzo, finalmente en el 2002 abría sus puertas el hogar de niños Mità Pyahu Roga, en una casa cedida por un matrimonio en la que se han llegado a hospedar hasta 100 niños. Jorge Ambrosini falleció hace unos meses, pero sus tres hijos han tomado el relevo de esta noble labor y, junto a tres voluntarios continuan trabajando para que los 38 menores crezcan con esperanzas de un futuro mejor. Al ser un emprendimiento independiente y sin apoyo de las autoridades gubernamentales (a pesar de ser la fiscalía de menores quien deriva a esos niños al hogar), necesita de la ayuda de la gente para poder seguir trabajando y, es gracias a estos aportes ,que actualmente están en proceso de compra de la casa y en vías de contratación de una cocinera y una cuidadora (hasta ahora todas las tareas las realizaban los voluntarios).

Nuestra aportación a este proyecto esta semana ha sido la de lijar y pintar, junto con los niños, todos los exteriores de este hogar ya que estaban en muy mal estado. Convivimos durante tres días con ellos, nos adentramos en su día a día, y nos sorprendimos descubriendo que pese a las circunstancias trágicas de su vida y los pocos recursos que tienen en el centro, no son niños agresivos ni rebeldes, todo lo contrario, son muy educados y cariñosos. Independientemente de la falta de distracciones que tienen en el centro, nunca escuchamos un "me aburro", disfrutan de cualquier momento y, a pesar de las carencias que hemos comentado, ellos mismos consiguen hacer de este hogar una familia.

Aquí adjuntamos fotos y videos del proceso de las 72 horas intensas de trabajo de esta semana. Como aún nos quedan unos retoques para terminar, próximamente aportaremos una secuencia completa del antes y el después. Esperemos que les guste.

Un abrazo desde Paraguay,

Estefanía, Elena y Marta